Desde que Viña Vistamar se creó en 1997, su foco ha estado en observar y estudiar la naturaleza. Y es que algo clave en sus vinos, es la búsqueda de lugares frescos, influenciados por la cordillera de Los Andes y por el océano Pacífico, con condiciones que ayudan a que las parras puedan tener el tiempo de madurar lentamente y sin apuro.

Es así, como Viña Vistamar, ha logrado en estos 26 años, hacer vinos de estructura vertical, que destacan por su elegancia y sobre todo gran frescura, además de provenir de los valles vitivinícolas más relevantes y reconocidos de Chile.

Nueva imagen, nuevos nombres, nueva enóloga

 Desde sus inicios, Viña Vistamar ha querido expresar un estilo fresco, único y muy propio, seleccionando especialmente sus campos para dar con orígenes de clima y suelo que permitan y respeten la maduración lenta de la fruta. En la zona costera sus viñedos son influenciados por la corriente de Humbolt que refresca los valles y genera nieblas matutinas. En la zona de montaña, en cambio, sus viñedos son refrescados por los vientos andinos que soplan desde la cordillera lo que produce grandes diferencias de temperatura entre el día y la noche, lo que se traduce en mayor balance y verticalidad en los vinos.

Es con esta visión que hoy Viña Vistamar se renueva. En primer lugar, desde la maestría de su autoría. Desde hoy es la enóloga Daniela Salinas quien toma el liderazgo de Vistamar, transmitiendo su experiencia, pasión y estilo a los vinos. Asimismo, Vistamar también renueva su imagen, resaltando la importancia de sus frescos orígenes, como el mar y las montañas en sus gráficas, con líneas simples y minimalistas, que reafirman la elegancia y frescura de la marca y la gran relevancia de sus diferentes terroirs. Así también, hace cambio de nombre en varias de sus líneas, con los que entrega importancia e identidad al lugar de dónde estas provienen.  

De esta forma, el nuevo portafolio de Viña Vistamar se compone de la siguiente manera. Su línea Brisa, mantiene su nombre, pero renueva su imagen dando mayor protagonismo a la estratégica posición en la que se ubican sus viñedos en el valle Central, que disfrutan de las brisas costeras, de los vientos andinos o del aire puro del campo.

La línea Reserva, toma desde ahora el nombre de Bordevalle Reserva. Sus vinos están elaborados con uvas de terroirs de gran calidad tales como la costa del Pacífico, al pie de la cordillera de los Andes o las colinas del Maule y así lo transmite su nueva imagen, que hace referencia a estos orígenes en los valles de Casablanca, Cachapoal Andes y Maule.

Los vinos Single Estate por su parte, desde ahora pasan a llamarse Eje Costa Gran Reserva para las variedades Sauvignon Blanc, Chardonnay y Pinot Noir del valle de Casablanca y Eje Andes Gran Reserva para las variedades Carmenere, Merlot y Cabernet Sauvignon provenientes del valle del Maipo. Reciben este nombre, porque los viñedos están ubicados en los ejes más importantes de Chile, en donde toman la influencia de la cordillera y del mar contribuyendo a la regulación térmica. Se trata de una línea de vinos superiores, expresivos y muy fieles a su origen.

En el caso de los vinos de la línea Corte de Campo, su nuevo nombre es Eje Red Blend Gran Reserva para el ensamblaje Cabernet Sauvignon/ Petite Syrah/ Petit Verdot y Eje White Blend Gran Reserva para el blend Chardonnay/Viognier. Estos vinos representan la creatividad de la viña. Se tratan de pequeñas producciones de mezclas innovadoras y modernas, hechas para disfrutar con tiempo, apreciando su calidad y el perfecto equilibrio entre frescor y complejidad.

Por último, los vinos Vistamar Gran Reserva ahora reciben el nombre de Block, buscando resaltar y dar importancia al cuartel exacto de donde sus uvas provienen. Estos vinos son elaborados con uvas del mejor cuartel de cada viñedo, ubicados en valles reconocidos por su calidad excepcional.